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jueves, 9 de junio de 2011

Alfredo Achar Tussie

                                   

Era el México de 1910. Una familia Siria llegaba a probar fortuna. El matrimonio tuvo once hijos, lo que significó poca posibilidad de darles educación... y los pusieron más bien a trabajar.

La historia de Alfredo Achar es asunto de familia, donde 11 hermanos: 7 hombres y 4 mujeres se han visto inmersos en un mundo de colores, luego de que José –uno de los hermanos- trajera a casa la idea de fabricar pintura, como la que él vendía en un negocio en el cual era vendedor.

En 1988 fue nombrado Director General Corporativo y Presidente del Consejo de Administración de Comercial Mexicana de Pinturas, COMEX.
José Achar tuvo la visión de producir pintura a bajo precio, excelente calidad y facilitando un buen servicio, los tres principios esenciales que produjeron en la marca -cuyo nombre ya era Comex- un impacto formidable. Los hermanos fueron integrándose uno a uno al negocio que comenzó en el patio de una modesta casa en la colonia Independencia de la Ciudad de México.

Eran los primeros años de la década de los cincuenta. Primero una máquina y luego otra, y así sucesivamente...se dice fácil pero los hermanos Achar pronto despertaron la envidia del resto de los fabricantes, hasta que estos boicotearon la venta de pinturas en cualquier tienda. “Si se vendía Comex en un negocio se tenían que descartar las otras marcas”.

Se tomó entonces una de las primeras decisiones del incipiente grupo de emprendedores: abrir por ellos mismos cada tienda, ponerle por nombre Comex y jugar en ligas mayores. Así comenzaron a crecer y crecer hasta llegar a 90 tiendas en 1964.

Surgió la decisión que resultó ser visionaria en un mundo donde todavía no existían las franquicias: Comex daba en propiedad cada tienda a sus propios encargados.

El sistema funcionó y hoy en día Comex alcanza la espectacular cifra de 3,100 puntos de venta en el territorio nacional, aparte de contar con marcas diferenciadas que venden pinturas en establecimientos de auto servicio o tiendas de construcción, mercado en el que, en los últimos años han incursionado porque Comex se ha dirigido desde hace tiempo a la producción y venta de artículos para la industria de la construcción, alcanzando un 55% del mercado nacional y expandiéndose hacia los Estados Unidos.

Todo esto ha sido la forja de un hombre austero y trabajador quien encabeza la empresa desde hace 45 años. Con cuatro hijos de un matrimonio formado con Levy Achar, Alfredo suele consultar sus decisiones con los directivos que hoy en día son un grupo no exclusivamente familiar.

La expansión de la firma, su entrada a la Bolsa... decisiones como esta toman en cuenta a todos y -si se quiere ver así- en Comex se toma en consideración... hasta al pintor, a quien Alfredo Achar les ha inventado un día de cada año y los lleva a gozar con sus familias enteras los beneficios de cada etapa.

¿Truco de ventas? Conociendo a Achar sabemos que existe un genuino sentimiento de lealtad y afecto que don Alfredo gusta en prodigar.

Solo una palabra podrá describir la vida filantrópica del empresario Achar: interminable. Con cuatro fundaciones creadas por él y con su participación en centenar y medio de causas, entre sus inquietudes destacan los retos formidable de la promoción del empleo y de la vivienda.

En la Fundación Pro-empleo Productivo cuyo nacimiento apoyó, Achar se puede pasar horas y horas compartiendo anécdotas y conocimientos con los empresarios de esos pequeños negocios a los que ayudan a crecer en siete estados del país. Lo mismo ocurre con la Fundación Pro Vida en la cual se han construido múltiples viviendas en beneficio de personas de bajos recursos o con capacidades diferenciadas.

Hoy en día este empresario exitoso prefiere, en mayor medida hacer filantropía que hacer empresa. Es que el mismo Achar confiesa: “a base de mucho esfuerzo y trabajo Comex tiene hoy una situación muy buena y queremos compartirla con México”.

Nacido un 18 de marzo de 1941, a sus 65 años -con cuatro hijos, 11 nietos y dos bisnietos- Achar ni toma en cuenta ningún homenaje. Seguramente el día de mañana y pasado y así hasta el final, él continuará trabajando tan sencillo como es... para seguir pintando de color al país que lo vio nacer.

Alfredo Achar Tussie ha sido nombrado por Impulsa y por Grupo Editorial Expansión, miembro del Salón del Empresario en México en el año 2006.

Ref: Impulsa, JA worldwide

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